LA CULPA EN LA FOBIA SOCIAL: MÁS ALLÁ DE LA EMOCIÓN
No siempre se habla de ella, pero la culpa aparece con frecuencia en quienes vivimos con fobia social. Y no es una culpa cualquiera. Es una culpa que a menudo no tiene un hecho claro detrás, pero que pesa como si lo tuviera. ¿Por qué está ahí?
Una emoción que se adelanta a los hechos
Un estudio del Instituto Karolinska (2013) encontró que quienes tienen ansiedad social experimentan una combinación de culpa y vergüenza internalizadas, que les lleva a retroalimentarse emocionalmente. Es decir, se castigan incluso por pensamientos o suposiciones que nadie más ha confirmado como erróneas o negativas. Las diadas de la ansiedad con la vergüenza y la culpa – Mente Abierta Psicología
Una culpa sin juez, pero con condena
No hace falta que nadie nos acuse de nada. A veces, basta con salir a la calle, tener una conversación, o incluso no tenerla, para que se active una sensación de haber fallado: a los demás, al momento, a una versión idealizada de nosotras mismas. Y eso genera más retraimiento.
Hay estudios que relacionan esta culpa con un concepto distorsionado del deber social. La persona con fobia social no solo teme ser juzgada, sino que se exige encajar, agradar, no molestar… y cuando no lo consigue (o cree no haberlo conseguido), se culpa.
¿Qué dicen los datos?
- Según Mente Abierta Psicología, la culpa puede actuar como disparador de conductas de evitación, reforzando el aislamiento social. Las diadas de la ansiedad con la vergüenza y la culpa
- Se ha observado en neuroimagen que la culpa activa regiones cerebrales asociadas al dolor físico, lo que podría explicar su intensidad en personas con ansiedad social.
- En el portal Menteamente, se señala que en la fobia social hay un sentimiento frecuente de “haber fallado” en el rol social esperado, lo que alimenta la autocrítica. Qué es la fobia social – Menteamente
¿Y qué hacemos con todo esto?
La culpa puede ser un lastre, pero también una pista. Nos habla de nuestras exigencias, de nuestras heridas, de lo que nos duele cuando sentimos que no “cumplimos”. Entenderla es un paso. Validarla, otro. No toda culpa merece su condena
El ciclo emocional en la fobia social
La fobia social nos envuelve en un ciclo de emociones que se van encadenando y retroalimentando.
- La vergüenza surge al sentir que no cumplimos con las expectativas sociales.
- De ahí nace la culpa, que nos responsabiliza de nuestra “falla”.
- La culpa provoca tristeza e incomodidad, que minan nuestro ánimo.
- La tristeza genera inseguridad y autoexigencia, intentando evitar el malestar.
- Esta inseguridad alimenta el sentimiento de inferioridad e inadecuación.
- Aparece el miedo, anticipando rechazo o fracaso.
- El miedo provoca ansiedad, activando cuerpo y mente.
- Cuando la ansiedad baja, llega un breve alivio.
- Pero el alivio puede dar paso a la desesperanza, que cuestiona si vale la pena seguir luchando.
Además, estas emociones se conectan de formas complejas:
- La vergüenza también influye directamente en la inseguridad y la sensación de inferioridad.
- La culpa intensifica la tristeza y el miedo.
- La ansiedad y la tristeza se retroalimentan, manteniendo el ciclo activo.
- El alivio es temporal y su contraste con la desesperanza puede hacer que esta última se sienta aún más profunda.
Reconocer este ciclo y sus conexiones es clave para entender la fobia social y comenzar a buscar caminos para romperlo
Otras emociones relacionadas
Esta entrada forma parte de una serie sobre los sentimientos que acompañan a la fobia social. Puedes explorar cada uno según cómo se conectan entre sí a medida que se van publicando
- Vergüenza.
- Culpa.
- Tristeza e incomodidad.
- Inseguridad y autoexigencia: la doble trampa
- Inferioridad e inadecuación.
- Miedo.
- Ansiedad.
- Alivio.
- Desesperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario