COMPARTIR

martes, 7 de octubre de 2025


Fobia social y dependencia práctica, emocional

O por miedo a actuar

Fobia social y dependencia

Cuando hablamos de dependencia práctica y emocional, no nos referimos solo a la dificultad de decir “no”, sino a un patrón más amplio: depender de otras personas para cubrir necesidades básicas, apoyo emocional o para actuar en situaciones que generan ansiedad.

⚙️ Dependencia práctica

Dependencia práctica: necesitas ayuda constante para tareas o decisiones que podrías manejar sola. Por ejemplo, pedir a alguien que organice tu agenda, decida por ti en situaciones sociales, o resuelva problemas cotidianos por miedo a equivocarte.

👤 Dependencia emocional

Dependencia emocional: buscas continuamente la aprobación, compañía o apoyo de otros para sentirte tranquila. Esto puede manifestarse en no querer tomar decisiones sin consultar, sentir ansiedad cuando alguien no responde, o tolerar situaciones incómodas para evitar conflictos o rechazo.

⚠️ Dependencia por miedo a actuar

Dependencia por miedo a actuar: evitas enfrentar situaciones sociales o hacer trámites, llamadas o tareas que generan ansiedad, y terminas dejando que otros lo hagan por ti. Por ejemplo:

  • Hacer una llamada o trámite que da miedo.
  • Acudir a citas o gestiones sociales y dejar que alguien más hable o decida.
  • Enfrentar reuniones, presentaciones o conversaciones incómodas y pedir que otro lo haga en tu lugar.

Esto refuerza tanto la dependencia práctica como la emocional: se delegan acciones que podrías hacer y, al mismo tiempo, se busca evitar la ansiedad por miedo a la situación social 

Relación con la fobia social

En personas con fobia social, el miedo al juicio o al rechazo hace especialmente difícil establecer límites. Se puede acabar tolerando relaciones desequilibradas o situaciones que generan malestar por miedo a perder vínculos o a desagradar. Este patrón refuerza la dependencia y provoca agotamiento emocional: las necesidades propias quedan siempre en segundo plano y se acumula frustración y ansiedad.

Aprender a decir “hasta aquí”

Aprender a decir “hasta aquí” significa empezar a poner límites claros, asumir responsabilidades propias y reducir la dependencia de la aprobación o presencia de otros. Es un proceso difícil, porque supone enfrentar el miedo al rechazo y la ansiedad que genera romper patrones de conducta muy arraigados. Por ejemplo, decir que no a una invitación que no quieres, expresar desacuerdo con alguien cercano o decidir por ti misma sin consultar constantemente.

La ausencia que pesa: no tener pareja, familia propia o amigos cerca → Soledad y falta de vínculos

No hay comentarios:

Publicar un comentario