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viernes, 19 de diciembre de 2025

La intensidad emocional


SECCIÓN LO QUE NO VEMOS DE NOSOTROS 


La intensidad emocional

Hay personas que viven el día sin que nada les afecte demasiado. Y luego estamos quienes sentimos todo con más fuerza. Una frase nos acompaña horas, un gesto nos remueve, un detalle mínimo se queda rondando en la cabeza hasta que entendemos por qué nos impactó.

Por fuera no parece gran cosa. Por dentro, todo se mueve más. Cuando algo duele, se queda. Cuando algo nos hace felices, lo sentimos de verdad. Cuando algo nos preocupa, el cuerpo lo nota incluso antes que la mente.

A veces esta intensidad agota. Nos sobresatura lo que a otros les pasa desapercibido. Nos cuesta más soltar lo que nos toca. Por eso necesitamos más pausas, más silencio, más tiempo para procesar lo que vivimos.

Pero esa misma intensidad también tiene cosas buenas. Nos ayuda a conectar, a entender mejor a los demás, a emocionarnos con cosas pequeñas y a captar matices que otros no ven. Hace que incluso lo cotidiano tenga sentido.

Sentir así no es un defecto. No es exageración ni drama. Es tener un mundo interior que funciona a otro nivel.

Y aunque a veces cueste manejarlo, esta forma de sentir también es una de nuestras partes más valiosas. Aunque no siempre la mostremos, forma parte de lo que somos.

Compartir esta intensidad con quienes nos entienden ( como en asociaciones como AMTAES) es lo que nos ayuda a manejarla con .más apoyo.