EL sufrimiento y dolor psicológico de los trastornos mentales son muy duros son un tipo de malestar, incomodidad o sufrimiento que no tiene una causa física.Se trata de una experien66cia desagradable de naturaleza difusa, que no podemos atribuibles a ninguna parte del cuerpo concreta, sino a lo que tiene lugar en nuestra mente.
Esto significa, entre otras cosas, que resulta muy complicado saber cuál es el origen del dolor , porque no somos capaces de conocer ni aunque sea por aproximación la zona en la que está aquello en lo que debemos actuar para “sanar”.
De hecho, incluso la idea de necesitar una curación ante ese tipo de malestar parece cuestionable: ¿realmente lo que solucionaría el problema es una intervención médica? En realidad, no hay motivos para dar por cierta esa idea: incluso los recursos terapéuticos aportados por la psiquiatría en estos casos suelen ser, con suerte, una ayuda para sobrellevar la experiencia durante un tiempo, aunque exponiéndonos a efectos secundarios y sin terminar de poner fin definitivamente a ese malestar.
Así pues, si bien el dolor psicológico suele tener implicaciones objetivas que van más allá de lo que ocurre en nuestra consciencia y en nuestra subjetividad (por ejemplo, si es muy intenso se asocia a un mayor riesgo de caer en intentos de suicidio o al desarrollo de adicciones para “aliviarse” generando un problema adicional), quien lo sufre en las propias carnes no tiene más remedio que admitir que no comprende del todo lo que le ocurre, y que tan solo puede ubicar el origen del malestar no en algo físico, sino en su consciencia.
A pesar de ello, existen aspectos en los que el dolor psicológico y el dolor físico se solapan en una misma experiencia. Por ejemplo, la ansiedad, cuando se presenta en niveles muy intensos, suele venir de la mano de los problemas de digestión, el malestar general en los músculos y las articulaciones a causa de la tensión de los músculos, la mayor propensión a sufrir dolores de cabeza o incluso migrañas (en el caso de quien las suela sufrir).
Esto no es en sí extraño y tampoco constituye un misterio científico; se trata de un recordatorio de que la división entre mente y cuerpo es básicamente un constructo social que utilizamos para ser capaces de comprender mejor la complejidad de la experiencia humana; en realidad, ambos elementos forman parte de una misma realidad, y tan solo se encuentran claramente diferenciados en un sentido superficial, en el mundo del lenguaje y las metáforas usadas para describir la mente.
El dolor psicológico es un fenómeno muy complejo. Esto hace que sea complicado definirlo incluso desde instancias científicas, si bien en general sí se ha logrado establecer una serie de elementos comunes que presentan los casos de dolor psicológico y que permiten distinguirlo de los diferentes tipos de nocicepción.
Ante esto, la psicoterapia se plantea como el conjunto de procedimientos que, llevados a cabo por expertos de la psicología, puede ayudar a superar o a aliviar ese malestar. La clave está en actuar en ambos lados del ciclo percepción-acción: tanto en el modo de interpretar la realidad y de analizar lo que nos ocurre en base a ciertas creencias, como en la generación de hábitos de interacción con el entorno y con los demás.
Tras una experiencia de dolor psicológico se agrupan varios patrones de comportamiento que a veces toman la forma de ansiedad, a veces de depresión, a veces de
frustración o de impulsos difíciles de reprimir, etc.
Ver también en este blog
Sufrimiento en la fobia social
Porque las imagenes hablan cuando no hay palabras.Video sufrimiento fobia social
FUENTE
https://psicologiaymente.com/clinica/dolor-psicologico-que-es
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