COMPARTIR

viernes, 7 de febrero de 2025

Defenderte, reclamar lo que te pertenece , decir no



  Nunca he sabido cómo reaccionar cuando alguien me ataca. Ya no hablo de insultar o gritar ,que ya serían palabras mayores, sino poder expresar con claridad que algo me ha molestado o que no voy a permitir ciertos comentarios. Pero cuando la ansiedad social entra en juego, incluso eso se siente como un riesgo enorme. Hay tantas opciones en la cabeza, tantas posibles consecuencias, que la respuesta nunca llega a salir o sale mal. Y al final, la sensación de impotencia pesa más que el propio ataque cuando ni siquiera puedes verbalizar una defensa mínima ,el mundo puede sentirse como un lugar donde cualquiera tiene el poder de hacerte daño sin que puedas impedirlo. Mientras intento procesar lo que acaba de pasar, mi mente se atasca entre mil pensamientos: ¿Ha sido una broma? ¿Ha querido ofenderme? ¿Estoy exagerando? Pero, sobre todo, ¿qué debería decir? Busco una respuesta, cualquier cosa que no me haga parecer torpe o débil, pero nada parece adecuado. Para cuando encuentro una opción, el momento ya ha pasado. Lo peor no es solo el momento en sí, sino lo que viene después. Porque la conversación se queda en mi cabeza, repitiéndose una y otra vez como un eco insoportable. Pienso en todo lo que podría haber dicho, en lo que debería haber hecho, en cómo cualquier otra reacción habría sido mejor que mi silencio torpe. La gente dice que lo mejor es defenderse, responder con firmeza, no dejar que los demás te pisoteen. Pero para alguien con fobia social, reaccionar no es tan simple. A veces, el problema no es la falta de valentía , sino que la mente se bloquea, atrapada entre mil posibilidades y el miedo constante a decir o hacer algo incorrecto .


De la misma manera me cuesta reclamar lo que es mío. Suena fácil, ¿verdad? Para mí, no lo es. No es que no quiera defender lo que me pertenece o poner límites cuando algo me incomoda. Es que, cuando llega el momento de hacerlo, mi cuerpo y mi mente no cooperan. Mi boca se queda muda, mi mente se llena de dudas como si estuviera a punto de hacer algo peligroso. Recuerdo una vez cuando trabajé un mes en una asesoría ,porque no aguanté más, que me mandaron a comprar sellos y me dieron el dinero para ello. No llegó y tuve que poner de mi bolsillo 2 o 3 euros y cuando volví con los sellos fui incapaz de decirlo en ese momento , me quede en blanco . Pensé mañana se lo digo ; pero al día siguiente era peor porque pensarían que porque no lo pedí cuando tocaba , cuando les di los sellos. Yo no quería resignarme a pedir lo que era mío y me pasaba los días sufriendo y diciendo hoy se lo diré , pero cada día que pasaba era más difícil y más vergüenza me daba . Se me ocurrió comentárselo a mi marido y me echó bronca .Me dijo que como no los pidiera iría él mismo a reclamarlos. Ante esa vergüenza más grande que todas juntas les comenté lo del dinero casi como si pidiera disculpas. La respuesta; 

-       Pues claro hombre   porque no lo dijiste antes

. Y esto es solo un ejemplo.

A veces no sabemos que las cosas pueden ser simples que la gente no da importancia a ciertas cosas que nosotros sí y que nadie me comió , me echó bronca o no me dijo pej estás mintiendo 


 Ocurre parecido cuando me imponen algo que no quiero hacer, cuando sé que debería hablar… me quedo atrapada en el miedo. No miedo a la otra persona, sino miedo a cómo lo diré, a cómo me verán, a qué pensarán de mí. Y si logro reunir el valor para decirlo, mi voz suena tan insegura que hasta yo dudo de mis propias palabras. Es frustrante. Porque no se trata solo de evitar conflictos, se trata de sentir que mi derecho a hablar se disuelve antes de que pueda usarlo. Y lo peor es que, cuando por fin logro decir algo, muchas veces lo hago de forma torpe o con una disculpa automática, como si estuviera pidiendo perdón por defenderme. Y así es como se pierde lo que es mío. Así es como acabo haciendo cosas que no quiero, así es como me quedó cuando no me defiendo Porque, aunque en mi cabeza sé que tengo derecho a reclamar , a decir no y a defenderne, en la práctica, mi voz se pierde entre la ansiedad y la culpa .

Estos aspectos si son conocidos , pero me ha parecido importante incidir en ellos porque   nos colocan en una posición de vulnerabilidad que muchos aprovechan . Bulling ,Mobing
Acoso psicológico ...


Esta demostrado según un estudio este tipo de abusos,  aunque no hace faltan estudios para saber que tener fobia social te convierte en la mas que posible victima de todo ello.

En esta entrada hablo de ello.
http://fobbisoc.blogspot.com/2023/01/las-consecuencias-sociales-de-tener.html?m=1

Estudio: 
http://fobbisoc.blogspot.com/2022/11/fobia-social-y-abusos.html?m=1


No hay comentarios:

Publicar un comentario