INSEGURIDAD Y AUTOEXIGENCIA : LA DOBLE TRAMPA DE LA FOBIA SOCIAL
Siento mucha inseguridad a la hora de hacer valer mis derechos. A veces ni siquiera creo tener derecho a ellos. La inseguridad y la autoexigencia me vinieron ya de adulta, pero llegaron para quedarse. Son como una voz interior que me repite que no soy suficiente y que tengo que hacer más, ser más, demostrar más.
También me exijía un once en lugar de un diez y no es que fuera de idieces, siempre he sido justita, pero mi empeño le ponía y por desear... No era para querer destacar, sino para tener margen, para que nadie pueda reprocharme nada. Estudié una carrera, hice cursos, aprendí idiomas... Y no porque fuera lo que más deseaba, sino porque sentía que necesitaba valer más. Que tenía que ser "alguien". Tal vez con una formación profesional me habría bastado para dedicarme al cuidado de niños, que era mi verdadera vocación. Pero creía que tenía que darme más valor para compensar todo lo que, según yo, me faltaba.
Cuando hablo en grupo tengo mucha inseguridad. A veces me callo porque pienso que mi aportación va a ser una tontería. Otras veces me bloqueo porque no sé si puedo permitirme intervenir. Esa misma inseguridad me frena cuando necesito defenderme. Siento que no tengo los mismos derechos que los demás, que no tengo suficiente autoridad sobre mi vida como para marcar límites.
Bases teóricas: inseparables y refuerzo mutuo
La inseguridad suele alimentarse de la idea de que no somos válidos tal y como somos. Cuando una persona vive con fobia social, esa sensación se multiplica: no solo teme ser juzgado, sino que llega a asumir que ese juicio va a ser negativo sí o sí. Por eso, muchas veces, la respuesta es una autoexigencia extrema, una necesidad de rendir más de lo necesario para evitar errores, críticas o el sentimiento de rechazo.
La autoexigencia puede ser positiva si nos impulsa a mejorar, pero cuando se vuelve excesiva, puede generar ansiedad, disminuir la autoestima y causar frustración. (Artículo en Top Doctors).
La inseguridad y la autoexigencia forman una alianza que muchas veces nos deja atrapadas, bloqueando nuestra capacidad para expresarnos y defendernos. Ese miedo a equivocarnos nos paraliza y agota.
Reflexión final
Me doy cuenta de que este nivel de exigencia no es sostenible, que no soy menos por necesitar descanso, apoyo o comprensión. Pero salir de ese ciclo no es sencillo, sobre todo cuando has interiorizado que solo vales si lo haces todo bien.
Ojalá poco a poco pueda aprender a mirarme con los mismos ojos con los que miro a quienes quiero: sin exigencias, sin condiciones. Porque si no le pediría a otra persona que sea perfecta para merecer cariño, ¿por qué me lo pido a mí?
Enlaces recomendados
-
Autoexigencia: por qué tiene consecuencias para la salud cuando es excesiva y cómo evitarla – Infobae
Este artículo explica cómo la autoexigencia, cuando se vuelve desmedida, puede tener efectos negativos sobre la salud física y emocional. No solo genera ansiedad y frustración, sino que muchas veces nace del miedo a no ser suficiente y de la necesidad de compensar lo que sentimos que nos falta. -
¿Qué es la inseguridad? – Concepto.de
Una definición clara y sencilla de la inseguridad como falta de confianza en una misma. Describe cómo esta sensación puede afectar a distintos ámbitos de la vida diaria, y cómo suele manifestarse en forma de dudas, temor al juicio ajeno o dificultad para tomar decisiones.
Para profundizar en este blog
El ciclo emocional en la fobia social
La fobia social nos envuelve en un ciclo de emociones que se van encadenando y retroalimentando.
- La vergüenza surge al sentir que no cumplimos con las expectativas sociales.
- De ahí nace la culpa, que nos responsabiliza de nuestra “falla”.
- La culpa provoca tristeza e incomodidad, que minan nuestro ánimo.
- La tristeza genera inseguridad y autoexigencia, intentando evitar el malestar.
- Esta inseguridad alimenta el sentimiento de inferioridad e inadecuación.
- Aparece el miedo, anticipando rechazo o fracaso.
- El miedo provoca ansiedad, activando cuerpo y mente.
- Cuando la ansiedad baja, llega un breve alivio.
- Pero el alivio puede dar paso a la desesperanza, que cuestiona si vale la pena seguir luchando.
Además, estas emociones se conectan de formas complejas:
- La vergüenza también influye directamente en la inseguridad y la sensación de inferioridad.
- La culpa intensifica la tristeza y el miedo.
- La ansiedad y la tristeza se retroalimentan, manteniendo el ciclo activo.
- El alivio es temporal y su contraste con la desesperanza puede hacer que esta última se sienta aún más profunda.
Reconocer este ciclo y sus conexiones es clave para entender la fobia social y comenzar a buscar caminos para romperlo
Otras emociones relacionadas
Esta entrada forma parte de una serie sobre los sentimientos que acompañan a la fobia social. Puedes explorar cada uno según cómo se conectan entre sí a medida que se van publicando
- Vergüenza.
- Culpa.
- Tristeza e incomodidad.
- Inseguridad y autoexigencia: la doble trampa .
- Inferioridad e inadecuación.
- Miedo.
- Ansiedad.
- Alivio.
- Desesperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario