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mi茅rcoles, 1 de mayo de 2019

Fases de desarrollo de la fobia social



Una vez constituido el patr贸n de respuestas de ansiedad condicionada, a la actuaci贸n/relaci贸n en situaciones sociales, empezar铆a a funcionar y a retroalimentarse el bucle .A partir de este momento, si el sujeto se expone a una situaci贸n social temida, bien porque no puede escapar de ella («situaci贸n de prisi贸n» por inundaci贸n) o bien porque quiere «probarse» cuando todav铆a la intensidad de la motivaci贸n para exponerse es mayor que la de la amenaza percibida, tal situaci贸n pasar谩 a tener m谩s connotaciones negativas que positivas. 
La intensidad del malestar generado por la reacci贸n inadecuada, excesiva, superar谩 a lat del autorrefuerzo positivo y la situaci贸n comenzar谩 a percibirse con tintes desagradables, incluso como peligrosa, debido a la elevada intensidad de la sobreactivaci贸n neurovegetativa y a todas las respuestas de ansiedad que desencadena (temblor, rubor, sudoraci贸n, elevada tasa cardiaca y respiratoria, problemas en la recuperaci贸n de informaci贸n de la memoria), especialmente las que pueden ser percibidas por los dem谩s; as铆, por ejemplo, un peque帽o bloqueo, la aparici贸n de leves temblores o del rubor se vive como una aut茅ntica cat谩strofe y una pausa en la producci贸n ling眉铆stica, valorada como inadecuada por el sujeto, puede ser interpretada como un fallo del que todos se dar谩n cuenta . 
En su expresi贸n m谩xima, tal reacci贸n excesiva e inadecuada puede llegar a dar lugar a la se帽al de alarma m谩s intensamente desagradable que conocemos: el ataque de p谩nico. A partir de este momento se activar谩 el estado de alerta m谩xima ante toda situaci贸n social potencialmente peligrosa (en funci贸n del gradiente de generalizaci贸n por similitud) y el disparo de su correspondiente alarma ante la aparici贸n de respuestas fisiol贸gicas, cognitivas y/o motoras que se hayan asociado a la situaci贸n social temida. 
As铆 mismo, en la medida que se incremente la generalizaci贸n espacial/situacional y temporal, el modelo postula que tambi茅n se incrementar谩 la incertidumbre del sujeto ante la posibilidad de recibir castigo por parte de(los) interlocutor(es) o la audiencia (v. gr., observaciones inapropiadas, sarcasmos, iron铆as, comparaciones aversivas, ausencia de la respuesta esperada en el otro u otros, etc.). Esa consolidaci贸n y generalizaci贸n har谩 percibir al sujeto un grado de control inversamente proporcional a la fortaleza de 茅stas, especialmente con respecto a sus propias respuestas y las de sus interlocutores o audiencia, es decir, lo que puede ocurrir(le) en la situaci贸n. 
El gradiente de incertidumbre se hipotetiza proporcional al de la generalizaci贸n y ser谩 menor en las fobias denominadas espec铆ficas o circunscritas, sean 茅stas de actuaci贸n o de relaci贸n; la magnitud de la intensidad de la incertidumbre puede ser parcialmente controlada por el sujeto en la primeras mediante las respuestas de escape (motoras y/o cognitivas) que desencadenan un estado/sentimiento de seguridad en el sujeto, porque la incertidumbre est谩 referida al comportamiento propio. En cambio, en las segundas, en las de relaci贸n, la incertidumbre no se reduce a la posibilidad de que se descontrolen las respuestas propias (incluida la posibilidad de que no surtan efecto las respuestas de escape parcial), sino que tambi茅n incluye las de los otros. Estos, adem谩s de observar, tambi茅n pueden preguntar, cuestionar, rechazar, criticar, poniendo a prueba al f贸bico social en el control tanto de sus respuestas «inoportunas e inadecuadas» como de la produci贸n de las pertinentes y adecuadas.
La incertidumbre  se constituye para el modelo en la dimensi贸n b谩sica de referencia para la operacionalizaci贸n del constructo «fobia social», hipotetiz谩ndose el miedo a la evaluaci贸n negativa (MEVN) como una funci贸n de esta
As铆, despu茅s de la exposici贸n a una o varias situaciones sociales donde se ha pasado mal o muy mal, la asociaci贸n iniciar铆a su consolidaci贸n y generalizaci贸n.
Tal malestar depender谩 de la intensidad de la asociaci贸n entre situaci贸n y patr贸n de respuestas de ansiedad, del temor con que 茅stas se perciben y, a su vez, de la intensidad, frecuencia y duraci贸n de las respuestas de ansiedad desencadenadas y retroalimentadas por ese mismo temor a trav茅s de la activaci贸n o recuperaci贸n del recuerdo de lo vivido. Ser铆a ahora, a partir del intenso malestar experimentado, cuando el sujeto empezar铆a a temer tambi茅n por las repercusiones en el juicio de los dem谩s de aquellas respuestas catalogadas por 茅ste como inadecuadas e indeseables. Es decir, cree que 茅stas pueden ser percibidas por los dem谩s como se帽ales de la existencia de alg煤n problema (generalizaci贸n de la asociaci贸n); piensa que a partir de esta percepci贸n tambi茅n se puede producir en su(s) interlocutor(es) o en la audiencia un juicio negativo respecto de c贸mo est谩 , adem谩s de la evaluaci贸n negativa de lo que hace o ha hecho.



Desde nuestra propuesta, el miedo a ser evaluado negativamente, de acuerdo a normas y modelos extremos de comportamiento, a ser considerado «enfermo», a «que piensen mal de mi», se hipotetiza determinado por un estado carencial de refuerzo social y un exceso de cr铆tica negativa que terminar谩 siendo autocr铆tica negativa, fundamentalmente.
La necesidad de «ser aceptado», de sentirse integrado socialmente, vendr铆a determinada por la baja tasa de refuerzo social recibida/percibida durante la fase de vulnerabilidad, acrecentada ahora exponencialmente por el incremento de la amenaza
percibida y de la p茅rdida de consideraci贸n social que produce el aislamiento social.
Parad贸jicamente, esta necesidad de remediar las carencias de atenci贸n y consideraci贸n social, de «hacerlo bien», de percibirse aceptado, querido y valorado socialmente, lleva a los f贸bicos sociales a adoptar y desarrollar un estilo de pensamiento que tiene como referencia, a la hora de valorar las respuestas propias, patrones de excelencia m谩ximos y extremos, con lo que terminan poni茅ndose la soga al cuello ellos mismos, pues tales ideales conllevan umbrales de autoexigencia muy elevados e inflexibles a la hora de considerar «correcto», «adecuado», «pertinente», su propio comportamiento y, evidentemente, el propio juicio negativo es ya «la cr贸nica de una muerte anunciada»
Es decir, ello les llevar谩 a obtener el efecto opuesto al deseado: aislamiento social.

Un estilo educativo sobreprotector constituir铆a tambi茅n un factor de riesgo, dado que, por una parte, dificulta, cuando no impide, aprender y desarrollar estrategias socialmente habilidosas para la actuaci贸n y relaci贸n con los otros que lo pueden llevar tanto al desarrollo de un estilo de respuesta sumiso como, en menor medida, a descubrir y generalizar el uso del refuerzo negativo como estilo de relaci贸n con los dem谩s. De todo ello resulta un sujeto total o parcialmente sumiso o/y aversivo para los dem谩s, que inicialmente es evitado por lo otros , pero que, tarde o temprano, ser谩 茅l o ella quien empiece a pasarlo mal como consecuencia de su falta de recursos para relacionarse socialmente de manera habilidosa. A partir de este momento se iniciar谩 el proceso por el que va a terminar evitando a los dem谩s por temor a hacer el rid铆culo, a no hacerlo bien.
La incertidumbre generada tanto por la falta de retroalimentaci贸n «cre铆ble» proveniente del medio social (ellos saben que sus respuestas no se han adecuado a la excelencia exigida por sus referencias), as铆 como la duda sobre la propia capacidad para adecuar su comportamiento a los ideales normativos adquiridos (en el contexto social negativo), se terminar铆a convirtiendo, tal como ya hemos indicado, en la dimensi贸n m谩s relevante a la hora de dar cuenta de la preocupaci贸n excesiva e inadecuada, del estado permanente de m谩xima alerta cuando se ha de estar o se
est谩 en una situaci贸n social. Y ello tanto en relaci贸n con el control de «la calidad» de sus propias respuestas como de la opini贸n que 茅stas producen en los dem谩s

La intensidad del malestar desencadenado por la incertidumbre se relaciona de forma directa tanto con el tipo de situaci贸n como respecto de qui茅n est谩 o puede estar y c贸mo lo percibe el sujeto. Es decir, dicha intensidad estar谩 tambi茅n determinada por:

  • las dimensiones propias de la situaci贸n tales como el n煤mero de personas presentes, el grado o nivel de formalidad y la estructura o grado de concreci贸n con que est谩n definidas las reglas sociales que han de orientar el comportamiento adecuado; la duraci贸n prevista de la situaci贸n o el modo en el que se ha producido la situaci贸n (programado o improvisado);

  • las caracter铆sticas de los interlocutores o espectadores, tales como el sexo (la incertidumbre sobre c贸mo actuar frente a personas del otro sexo es mayor que respecto a las personas del mismo sexo), la edad (las relaciones asim茅tricas se viven con mayor incertidumbre, salvo que se trate de personas muy mayores o a las que socialmente se les atribuye m谩s tolerancia y comprensi贸n), el atractivo f铆sico («los m谩s atractivos ser谩n m谩s exigentes»), la posici贸n social (a mayor distancia social mayor incertidumbre), el grado de autoridad del interlocutor/audiciencia en la materia de la que se hablar谩 o se est谩 hablando (a mayor autoridad mayor incertidumbre), la probabilidad de reencuentros futuros: a mayor conocimiento mayor probabilidad de que el otro u otros termine(n) d谩ndose cuenta del problema y mayor incertidumbre respecto de poder controlar las respuestas propias en un n煤mero mayor de situaciones y ocasiones; si se cree que se ha(n) dado cuenta ya, mayor incertidumbre respecto del grado de control que se cree necesario para que el(los) otro(s) no lo perciba(n) en el siguiente encuentro), etc.;

  • el modo en que se va a producir la relaci贸n o la actuaci贸n. As铆, por ejemplo,

        (a) si se estar谩 de pie o sentado; si en el caso de estar sentado siempre se estar谩 frente a la misma persona o se tendr谩 la posibilidad de determinar c贸mo y con
qui茅n se quiere estar o relacionarse, es decir, ¿qu茅 probabilidad se tendr谩 de poder dar respuestas de escape sin ser observado?;
       (b) si se ha de hablar en p煤blico, la disponibilidad de informaci贸n relativa a la posibilidad de usar apoyos tales como notas, res煤menes, transparencias, etc., cuando se trata de exponer un tema ante compa帽eros, de participar en discusiones de grupo o de hablar frente a una audiencia donde se encuentren figuras de autoridad (incertidumbre en relaci贸n con la posibilidad de que s贸lo se d茅 la actuaci贸n o que tras o durante 茅sta pueda darse que los presentes pregunten, argumenten,cuestionen, etc.).

Durante el proceso de desarrollo de la asociaci贸n cada vez se va atendiendo menos a lo que realmente ocurre, aunque parezca preocupar mucho y as铆 lo manifieste el sujeto. Es decir, cada vez se presta menos atenci贸n a la tarea que se est谩 realizando o se va a realizar, al conjunto de reacciones positivas o negativas de los otros, centrando cada vez m谩s la atenci贸n de una manera progresiva en los indicios y se帽ales de peligro provenientes, primero, de uno mismo («descontrol») y, despu茅s, de la situaci贸n (focalizaci贸n de la atenci贸n o atenci贸n selectiva); ignorando
cada vez m谩s la ocurrencia tanto de los logros propios como la retroalimentaci贸n positiva y la ausencia de retroalimentaci贸n negativa que proviene de los dem谩s, hasta desatender completamente cualquier informaci贸n de este tipo. Durante este proceso de ensimismamiento y aislamiento, de criba de la informaci贸n, la atenci贸n de los sujetos se centra fundamentalmente en:

    (a) las respuestas som谩ticas y neurovegetativas alteradas que pueden ser observadas por los dem谩s (y delatar el estado en el que se encuentran),

    (b) los sentimientos de inquietud y temor experimentados (producto de la intensidad de la tensi贸n muscular y de la de las respuestas fisiol贸gicas percibidas, generadas en ambos casos por el incremento, a su vez, de la respuesta de alerta generalizada y las se帽ales de alarma percibidas,

    (c) di谩logo interno directamente relacionado con el estado percibido («¡Me voy a quedar sin saber qu茅 decir!», «¡Voy a decir tonter铆as!», «Me temblar谩 la voz. ¡Se me va a notar que estoy enfermo!», «¡Voy a perder el control!», etc.) y

   (d) la magnificaci贸n progresiva de lo que el sujeto interpreta como errores cometidos durante la actuaci贸n o la relaci贸n ante o con otros, con independencia de que lo sean o no, de que sean percibidos por los dem谩s o no.

Tanto la focalizaci贸n de la atenci贸n en las potenciales amenazas internas y externas , como el estado de ensimismamiento a que da lugar y su efecto directo, el aislamiento social progresivo, se suponen generados por la sobreactivaci贸n neurovegetativa producto, a su vez, de la interacci贸n entre el contexto social negativo y las variables relativas a la vulnerabilidad elevada.
Dicho «ensimismamiento» o el consiguiente «autoaislamiento» progresivo de las situaciones sociales, as铆 como la criba de la informaci贸n externa e interna al sujeto, se hipotetizan en la presente propuesta como variables que tambi茅n propician el desarrollo del estado de incertidumbre en el individuo, de su falta de certeza en relaci贸n a si lo que han hecho est谩 bien o no, si las opiniones de los dem谩s est谩n referidas a 茅l o a ella o no lo est谩n, etc. Las magnitudes de tal estado ser铆an directamente proporcionales a las de la interacci贸n de las intensidades de aquellas variables que lo determinan: intensidad de la criba o focalizaci贸n de la informaci贸n  y del ensimismamiento y aislamiento social, operacionalizados como la cantidad de tiempo pendiente de la ocurrencia de las amenazas potenciales, y el n煤mero y duraci贸n de las relaciones o actuaciones presenciales con personas distintas. La relaci贸n entre el ensimismamiento, el aislamiento y la incertidumbre se establece en raz贸n a que la focalizaci贸n selectiva y progresiva de la atenci贸n hacia la informaci贸n externa e interna potencialmente amenazante y el «autoislamiento» ir铆an bloqueando, de forma progresiva, el proceso de afrontamiento (coping). Este bloqueo ser铆a el responsable, a su vez, de la reducci贸n progresiva de la informaci贸n generada por la retroalimentaci贸n producida por la actuaci贸n del sujeto. Esta mutilaci贸n progresiva del papel de la retroalimentaci贸n reduce de forma directamente proporcional la probabilidad de predecir sucesos futuros, de reducir la incertidumbre , lo que generar谩, a su vez, una activaci贸n proporcional del sistema adrenocortical , dado que el incremento de la incertidumbre se ha evidenciado como un potente catalizador de la actividad aut贸noma y endocrina, la cual, llegado el momento, tambi茅n ser谩 activada por el recuerdo o evocaci贸n de la situaci贸n poniendo en marcha todo el proceso.
Delimitado ya el patr贸n de respuestas neurovegativas, de activaci贸n muscular y relativas a los supuestos, creencias y atribuciones disfuncionales ante situaciones estresantes de actuaci贸n o de relaci贸n social, as铆 como el miedo a no actuar como se cree que se requiere y se exige, se producir铆a el incremento progresivo de la frecuencia, intensidad y duraci贸n de las respuestas de escape parcial (defensivas) y total (huidas bruscas) de las situaciones sociales, gener谩ndose tanto consecuencias positivas a corto plazo (alivio de la aversi贸n, comprensi贸n y apoyo de los allegados,
etc.) como negativas en uno mismo y en los dem谩s (insatisfacci贸n, verg眉enza,
etc.). Es decir, a corto plazo, al alivio generado por el escape se une generalmente
el refuerzo positivo de tales respuestas, administrado por la red de apoyo social u otros sujetos significativos mediante «la atenci贸n» y «las muestras de comprensi贸n» hacia el comportamiento del ni帽o o el adolescente; a medio y largo plazo se ir谩n desvaneciendo tanto los efectos del alivio como derivados de la «comprensi贸n» y los relativos a la seguridad que se genera al «controlar» la situaci贸n, al menos en alguna medida. Finalmente, a todo ello se unir谩 la verg眉enza producida por los efectos perversos de las respuestas de escape (parcial y total), lo que terminar谩 abocando al sujeto a la evitaci贸n.

Veamos el proceso que proponemos con un poco m谩s de detalle.
Las respuestas de «exposici贸n a medias», defensivas o de escape parcial, cuyo efecto es reducir la incertidumbre, es decir, incrementar «el control» y el estado de seguridad percibido , aparecen como intentos de eliminar o reducir el malestar experimentado en la situaci贸n social, habida cuenta de que todav铆a se quedar铆a peor con uno mismo si abandonase s煤bita y bruscamente la situaci贸n. Con las respuestas defensivas se intenta controlar las respuestas de ansiedad, empleando estrategias tales como: hablar poco para no ser centro de atenci贸n o bien estar hablando siempre con la misma persona; utilizar gestos o mirar hacia otro lado para no exponerse a que le pregunten por miedo a no saber qu茅 contestar o a que le pueda temblar la voz al hacerlo; contraer fuertemente la musculatura del brazo y de la mano al saludar o coger alg煤n objeto con la pretensi贸n de que no tiemblen;«quitarse del medio» cuando se intuye que puede aparecer el rubor o bien estar siempre con el mismo compa帽ero para evitar «sorpresas»; apretar fuerte los brazos contra las axilas para que no se vean las marcas de la sudoraci贸n; no mirar o mirar menos en la direcci贸n de los otros para reducir la posibilidad de que se dirijan a ellos (como ocurre con una elevad铆sima frecuencia durante el desarrollo de las clases en los centros educativos) o bien aparentar estar distra铆dos mirando cosas que nada tienen que ver (por ejemplo, con el desarrollo de la fiesta en la que est谩n invitados); pedir a otro que realice aquellas tareas en las que se le puede notar que no funciona adecuadamente o bien consumiendo alcohol u otras sustancias t贸xicas para reducir la intensidad de las respuestas de ansiedad; d谩ndose instrucciones positivas para mantener la motivaci贸n por la exposici贸n; concentr谩ndose en la tarea para intentar detener el flujo de los pensamientos negativos; incrementar el n煤mero de preguntas que se le hacen al otro u otros para reducir as铆 la probabilidad de que le pregunten, tener que responder y no saber c贸mo hacerlo en ese momento, es decir, «quedarse sin saber qu茅 decir»; etc.

La huida brusca o respuesta de escape total puede tener su origen bien en situaciones sociales intensamente ansiosas o, en su defecto, en la suma de experiencias sociales negativas de moderada intensidad ansiosa. Tanto en un caso como en el otro, el modelo postula que su efecto es que los sujetos previamente vulnerables empiecen a escapar de tales situaciones de forma repentina, brusca e inesperada para los dem谩s, en vez de seguir enfrent谩ndose a las situaciones sociales que ya temen, tal como har铆an sus pares no vulnerables a este trastorno. Ya no se defienden ni se muestran sumisos; necesitan huir y escapan. Ya no pueden aguantar durante m谩s tiempo el estado neurovegetativo, muscular y cognitivo que les generan tales situaciones, pero todav铆a no las evitan; cuando esto 煤ltimo empiece a ocurrir se habr谩 iniciado la fase de mantenimiento del problema.

Tanto tales respuestas de huida brusca y aparentemente repentina, como las de escape parcial, siguen estando controladas por «la trampa del alivio» y resultar谩n variables de gran peso a la hora de entender y explicar el curso del desarrollo inicial del problema. Escapando, huyendo, el sujeto hace efectiva la aplicaci贸n del control de est铆mulos, porque mediante su eliminaci贸n termina tambi茅n con las respuestas a ellos asociadas. Con su cese, por una parte, aparece el alivio de la aversi贸n, se reduce o elimina el malestar que se estaba padeciendo y, por otra, desaparecida la situaci贸n, ya no puede ocurrir lo que se tem铆a que pudiera pasar en ella. Ahora bien, tal como estamos diciendo, esto es s贸lo inicialmente y de manera temporal; con el paso del tiempo, las cosas se ir谩n complicando y el alivio, cada vez ser谩 de menor intensidad. Por ello, en este devenir de sufrimientos cada vez m谩s intensos y alivios cada vez m谩s raqu铆ticos, los sujetos intentar谩n poner remedio a lo que ya empiezan a entender que era una falsa soluci贸n: escapar complica a煤n m谩s el problema y exponerse s贸lo sirve para constatar una y otra vez lo mal que se pasa en estas situaciones (¡pero no saben hacer nada mejor!).
En consecuencia, el chico o la chica empieza a no ver ya las situaciones sociales temidas como est铆mulos a los que enfrentarse para superarse, sino como la confirmaci贸n de que no pueden superarlas, de que ellos no son como los dem谩s. Las presiones y la autocr铆tica desproporcionada e inflexible, propia y ajena, as铆 como la intensificaci贸n de la atenci贸n selectiva se encargar谩n de mantener la velocidad de crucero, cuando no de acelerar brusca e intensamente el desarrollo del proceso previamente iniciado.
FUENTE

1 comentario:

  1. Crees que a t铆 te afecta much铆simo si el otro se enfada contigo, o te hace una correcci贸n (aunque sea peque帽a o amablemente) o cuando por ej. imag铆nate si estuvieras haciendo fila en alg煤n sitio (lo cual es inusual xq yo huyo de esa situaci贸n siempre) pero alguna vez ha pasado y que viene el guardia o el encargado del lugar y dice "Por favor hagan la fila de este lado o h谩ganse m谩s atr谩s..." Esas situaciones no te afectan? ... A m铆 s铆 y much铆simo, de echo me hacen explotar entrar en p谩nico, no s茅... es como si millones de bichos invadieran mi mente y me hacen desesperar porque no puedo librarme de ellos. Cuando alguien muestra el m谩s m铆nimo enfado o evaluaci贸n negativa, eso me destroza...

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