COMPARTIR

sábado, 17 de mayo de 2025

Metáfora: El pasillo que se estrecha



Introducción personal
 
A veces tengo la sensación de que, en lugar de ampliar horizontes con los años, los voy perdiendo. Que mientras otros avanzan abriendo puertas y encontrando caminos, yo camino como si todo se fuera cerrando a mi paso. Como si cada decisión que no tomé, cada paso que no pude dar por miedo, hubiera sellado una opción para siempre. No es una idea que piense con claridad, es más bien una imagen que me acompaña desde hace tiempo, una imagen que he convertido en metáfora: la del pasillo que se estrecha. 

 La metáfora explicada

 

Imagino mi vida como un pasillo largo. Al principio es ancho, luminoso, casi emocionante. Está lleno de puertas a ambos lados. Algunas abiertas, otras entreabiertas, muchas cerradas, pero todas parecen accesibles. Cada puerta es una posibilidad: una carrera, una amistad, un amor, una ciudad distinta. De niña y adolescente creía que esas puertas siempre estarían ahí, esperándome. 

 Pero a medida que avanzo por el pasillo, algo cambia. El espacio se reduce. Las puertas van desapareciendo. O peor: siguen ahí, pero ya no se pueden abrir. Algunas tienen candados. Otras, al intentar empujarlas, están bloqueadas. Ya no me es posible volver atrás ni probar otras. Y lo más inquietante es que el pasillo sigue, cada vez más estrecho. Ya casi no puedo mover los brazos. Solo queda mirar al frente y caminar. A veces me pregunto si hay una salida al final, o si terminaré encajada entre paredes que ya no me permiten ni girar la cabeza.

 Reflexión final 

Me he preguntado muchas veces si el problema está en el pasillo o en cómo lo vivo. Si la fobia social, con sus miedos, sus bloqueos, los pasos que nunca llegué a dar, han ido estrechando ese pasillo más de lo necesario. O si tal vez, simplemente, este no es el camino que debía tomar. A veces pienso que hay otras puertas, más pequeñas, más discretas, que no están hechas para ser vistas por todos. Puertas que no se abren con fuerza, sino con intuición. Quizá no es que el pasillo se estreche. Quizá es que necesito aprender a mirar de otro modo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario