El cansancio invisible
No todo se ve, pero todo consume energía.
Tras hablar del coste emocional de la fobia social, hay un efecto que muchos no reconocen: el cansancio constante que provoca la ansiedad social.
Hay un agotamiento que no se ve ni se explica solo con falta de sueño. Aparece con solo pensar en salir, hablar o enfrentarse a cualquier situación social.
No es pereza ni desgana, sino una mochila invisible que cargamos sin descanso. Cada mensaje pendiente, cada llamada que da miedo, cada paso fuera de casa suma peso y desgaste.
A veces ni yo misma entiendo por qué estoy tan agotada cuando parece que no he hecho “nada”. Pero vivir con esta ansiedad consume energía constante, incluso en los momentos en que estoy quieta.
¿Por qué la fobia social causa cansancio?
La ansiedad social mantiene el cuerpo en estado de alerta continua, liberando hormonas como el cortisol que provocan fatiga y dificultan el descanso. Además, el esfuerzo constante por anticipar y controlar situaciones sociales consume mucha energía mental.
Las emociones difíciles como el miedo o la vergüenza también agotan, y la dificultad para dormir crea un círculo vicioso que empeora el cansancio.
Por eso, aunque parezca que no hacemos nada, hay un desgaste invisible que nos agota de verdad.
Este cansancio no se nota, no se entiende desde fuera. Y eso lo hace más difícil de llevar. Por eso es importante reconocerlo y permitirnos parar sin sentir culpa.
Próximo efecto colateral: Ausencia de alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario