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lunes, 21 de abril de 2025

Metáfiora : La fuga de palabras



Introducción personal 

A veces me encuentro hablando sin parar, dando explicaciones que ni siquiera me han pedido. No puedo evitarlo, siento que tengo que justificar cada acción, cada decisión, como si alguien estuviera esperando que lo hiciera. Es un impulso que me domina, como si las palabras escaparan de mí sin control, como una fuga imparable. 

 Explicación de la metáfora : Fuga de palabras 

Esta necesidad de justificarme es como una fuga de palabras que no se puede detener. Hablo y hablo, aunque nadie lo haya solicitado ni espere una explicación. Cuando la conversación se acaba, me doy cuenta de lo innecesario de muchas de esas palabras. Me siento ridícula al pensar en todo lo que he dicho, cosas que solo me concernian a mí. Me invade una sensación de insignificancia, como si no tuviera derecho a decidir o pensar por mí misma, cuando en realidad tengo plena capacidad para hacerlo y no debería necesitar la validación de otros. Además de insignificante, me siento avergonzada. Me da rabia no quererme más, no confiar en mis propios criterios, como si siempre necesitara que alguien más los confirme. Me duele haber ofrecido algo que no tenía por qué dar, y me queda la sensación de haber hablado en exceso, sin sentido alguno. 

 Reflexión final 

Es algo que trato de controlar, aunque no siempre lo consigo. La necesidad de validación es automática, algo que siento muy dentro de mí. Pero al menos me doy cuenta, aunque sea tarde y poco a poco intento recordar que no siempre es necesario dar tantas explicaciones. Mis palabras y hechos son míos, y no tengo por qué justificarlos para sentirme bien.

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