Hay días en los que parece que todo está en calma. No tengo que salir, no tengo que enfrentarme a nadie, no hay expectativas ni compromisos. Pero, aun así, hay algo que no me deja estar bien. Algo que vibra por dentro, una incomodidad que no sé de dónde viene. Y que no se va. Como si mi mente no supiera soltar el estado de alerta. Como si se hubiera quedado encendida por costumbre. Y así me paso el día, agotada sin haber hecho nada.
Metáfora : Zumbido constante : Rumiaciones
Imagina una habitación aparentemente silenciosa, pero donde suena un zumbido muy agudo, muy leve. No se oye siempre, pero está. Se cuela en el fondo de cada pensamiento, interfiere en la concentración, impide el descanso. Es un sonido que no sabes de dónde viene ni cómo apagar. Con el tiempo, ni siquiera lo percibes del todo, pero te va desgastando. Ese zumbido serían las rumiaciones.
No tienen forma de conversación interna ni de razonamiento útil. Son ideas circulares que no llevan a nada: lo que dije, lo que no dije, lo que pasará, lo que pasó hace años… No siempre soy consciente de que están ahí, pero cuando me detengo un momento, las oigo. Me doy cuenta de que mi mente no ha parado en todo el día. Ha estado repasando, imaginando, anticipando, reprochando… como si tuviera miedo de que algo se me escapara. Como si necesitara tenerlo todo controlado, aunque solo sea en pensamiento.
Ese zumbido no grita, pero no deja vivir. Y por eso, cuando la gente me pregunta si estoy bien porque no ha pasado nada malo, no sé qué decir. Porque a veces lo que más agota no es lo que pasa, sino lo que no deja de pasar dentro de una misma.
Reflexión
Vivir con fobia social no es solo enfrentarse a los demás. A veces es luchar con lo que una misma piensa. Es batallar contra el eco , darle vueltas a todo , ideas a veces sin mucho sentido real . Solo tú mente que no deja de pensar , de rumiar , de encontrar problemas dónde no los hay Y ese eco… zumbando por dentro… te roba energía, descanso.
Nombrarlo me ayuda. Es una forma de no sentirme loca. De recordarme que esto también es ansiedad, aunque venga disfrazada de pensamiento lógico o preocupación leve. No es debilidad. Es un sistema que se activó para protegerme, pero que se ha quedado encendido. Y que ahora tengo que aprender a calmar poco a poco. No con fuerza, sino con comprensión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario