COMPARTIR

viernes, 11 de abril de 2025

Metáfira La roca que persiste en el río



Introducción personal:

Hace un tiempo, en una conversación con alguien cercano, volví a escuchar eso que siempre me dicen: "deberías cambiar", "tienes que superar esto", "tienes que dejar de ser tan así". La presión externa vuelve a aparecer, como siempre, con la misma insistencia, como un río que fluye sin cesar, queriendo desgastar todo lo que encuentra a su paso. En ese momento, algo se encendió dentro de mí y respondí con fuerza:

 YO SOY YO,
NO PUEDO SER TÚ        
             
 Y esa es la verdad, aunque a veces me cueste explicarlo, aunque me dé miedo admitirlo. Las voces que me dicen que debería ser diferente no entienden que cambiarme para encajar en lo que ellos esperan de mí significaría perder lo que soy. Cuando alguien intenta hacerme sentir incómoda con mi forma de ser, con mis miedos y mis limitaciones, siento que se me está pidiendo renunciar a mi identidad.

 La metáfora explicada:

 ¿Y qué pasaría si aceptara esa presión? Si me dejara llevar por el río y cediera a la corriente que insiste en que me transforme. ¿Sería yo misma? No lo creo. Sería otra persona, quizás más “aceptable”, más adaptada a los demás, pero no la misma que se ve reflejada en el agua, esa que sabe quién es, con sus imperfecciones y defectos. Porque, aunque la corriente insista, la roca sigue allí, firme, resistiendo, porque es su esencia, su ser, lo que la mantiene.

 Reflexión final: 


(Soy yo la roca y las personas difusas las que me quieren hacer cambiar )


Y entonces me pregunto: ¿por qué tengo que cambiar para que otros me acepten? ¿Por qué me piden que deje de ser quien soy solo para encajar en un molde que no es el mío? Es cierto que tengo manías, defectos, limitaciones, pero esos son los míos. Son lo que soy. Y aunque me gustaría a veces ser más valiente, o no tener miedo, o no sentirme fuera de lugar, no puedo dejar de ser yo. No quiero dejar de ser yo. Es como una roca que persiste en el río. El agua intenta desgastarla, moldearla, cambiar su forma. Pero, al final, la roca permanece, porque esa es su naturaleza. Y, aunque a veces las aguas del río me hagan dudar, sé que lo que más valoro es no perder mi identidad, por mucho que el mundo me empuje a hacerlo. No se trata de ser perfecta, se trata de ser fiel a quien soy. El problema, muchas veces, no es que yo no me acepte, sino que otros no me aceptan tal como soy. Y me he dado cuenta de que no siempre hay que seguir la corriente solo porque se espera que lo hagamos. Puedo ser yo misma, con mis inseguridades, mis miedos y mis formas de hacer las cosas, y aún así ser valiosa, porque mi esencia es lo que me define, no lo que los demás piensen de mí. Quizás la terapia, el apoyo o el consejo de otros me dirán que debo cambiar, pero yo sé que no necesito dejar de ser la roca que soy. Solo quiero aprender a resistir mejor, a fluir junto al río sin perder mi forma, sin convertirme en lo que no soy. Porque, al final, ¿quién decide qué debo mejorar? ¿Quién elige cómo debo ser? La fobia social, esa sensación de no encajar, no es solo miedo a la valoración negativa. Es miedo a no ser

SIGO AQUÍ.
APRENDIENDO A NO
DEJARME LLEVAR 

No hay comentarios:

Publicar un comentario