Qué pereza hablar de la Navidad uffff… con lo que aún queda,
el caso es que ya hace tiempo que los anuncios cargantes de publicidad salen
por la televisión, que te recuerdan que se acerca. Los escaparates ya tienen
sus adornos, ya tengo turrón en casa y las luces de las calles ya se han
encendido. Supongo que quieren animarnos a consumir, cuanto antes mejor, imbuirnos del espíritu navideño.
Yo paso las navidades fuera, soy de esas del anuncio:
- Vuelve,
a casa vuelve, por Navidad.
Mi familia vive lejos de mi lugar de residencia habitual y
por eso, antes de irme, me dispongo a escribir mi última entrada al blog hasta el año que viene.
NAVIDAD FÓBICA NAVIDAD
¿Cómo la vivo yo?
Bueno pues más o menos
desde que sé quiénes son los reyes magos mal.
Esa magia ya no existe, ya no es como antes. Ahora la vivo a
través de los ojos de los niños de mi familia, vivo de su ilusión, de su
inocencia...
"No hay nada más
triste en este mundo que despertarse la mañana de Navidad y no ser un niño.” Erma Bombeck
Ahora parece que la Navidad se reduce a gastar dinero, cuanto
más gastes, más estupendo será todo. No solo las comidas y dulces, también los
regalos. Si al menos me tocara la lotería, entonces me pondría a comprar como
loca regalos para todo el mundo, pero
1. No tengo economía propia, ni libertad para ello, es lo que
implica ser dependiente
2. Me cuesta mucho elegir los regalos, porque ¿y si no les gusta?
Porque ellos me lo dirán, no como yo que diré que me encanta, aunque no me
guste.
Por cada tanda de fiestas tocan dos visitas al hipermercado,
una para lo que llamaríamos lo gordo y otra para los olvidos y cosas de última
hora. Esta última es especialmente horrible. Normalmente es el día anterior y
parece que todos han tenido esos olvidos o lo han dejado todo para última hora.
Hay colas en todas partes y mucha gente, eso es la guerra,
una prueba de fuego para un fóbico. Si no quieres interactuar socialmente, toma
dos tazas: hazte valer, di no, haz cola, exige productos de calidad...
No, claro que yo no hago esas cosas, pero si quieres
sobrevivir de una forma digna, son necesarias.
¿Dónde estará mi dignidad? Se debió perder entre la gente
Tengo suerte, a mí sí me gusta estar con mi familia esos días,
de hecho me pongo muy triste si no lo estoy, incluso cuando vienen tíos y otros
familiares no tan directos, pero
cercanos. Comemos, bebemos jugamos a juegos de mesa, y hasta pongo villancicos
mientras lo vamos preparando todo y mientras comemos.
También soy yo quien coloca una mesa impecable, con candelabros,
manteles y toda esa parafernalia, así como el belén, cuando nos decidimos a
ponerlo, porque es tamaño media habitación jejeje. Me gusta crear el ambiente,
es mi aportación a la Navidad.
Organizo y hasta dirijo, cosa que me agradecen, porque tengo
la disciplina para ello y eso les tranquiliza dentro del tótum revolútum que
son esos días con la casa llena. Mi sentido
de la responsabilidad y perfeccionismo en esto sí ayuda.
Me gusta mucho hacer que todo salga perfecto y cuando ya está
todo listo y estamos en sobremesa, toca emocionarse ,sentir unión y familia y
me empiezo a desinflar.
Las campanadas me resultan muy emocionantes, me pongo muy
nerviosa, e hiperactiva, feliz, casi histérica,
y después de ellas me entra un gran bajón. Brindamos con champán y nos
besamos deseando feliz año. Me pongo
triste, un año más que se va y otro que comienza deseando que sea mejor, pero
sabiendo que es volver a comenzar.
“No es
que me asuste que el tiempo pase tan deprisa, sólo me inquieta un poco pensar que tal vez mañana
yo sea demasiado viejo para hacer lo que he dejado pendiente.”
Por eso me pone
nerviosa la Navidad y porque ...
Hay muchas subidas y bajadas en mi ánimo.
Posibles choques familiares, porque todos estamos a flor de
piel y hay muchas cosas en las que ponerse de acuerdo: Yo voy, tú vas, yo
vengo, tú compras, tú haces...
Muchísimo movimiento de gente por casa, de niños sin
cole, mucho agotamiento mental y físico.
Mi pasado de anoréxica me sigue afectando y no soy muy amiga
de las grandes comidas, tampoco cocino.
Puedo utilizar la bebida en estas fechas, de forma
excepcional, para animarme y estar a la altura, ni siquiera porque me guste
No celebro más fiestas que las familiares 24, 25, 31 y 1.
Nada de comidas con amigos ni similares.
Soy muy estricta y rígida en todo lo que hago, tratando de
buscar la perfección, de que todo y todos estén bien.
Es normal por tanto que me den respeto estas fechas y me dé pereza hasta hablar de ellas.
Es agotador.
Ahora que me voy estoy muy nerviosa, es como si fuera el
pistoletazo de salida y mi vida estable se tambalea, aunque por supuesto estoy
muy feliz de ver a los míos.
Igualmente tengo que desearos que tengáis unas felices Navidades y sobre todo que
sobreviváis a ellas, dos semanas de meollo y todo habrá acabado. Con la
esperanza, que también os traslado, de que el año que viene sea siempre mejor y nos
esperen cosas buenas.
Yo seguiré luchando
porque la fobia social se entienda y por hacer
algo más visible el problema. Son demasiados años ya de sufrirlo con
vergüenza y en silencio, y aunque ésta no haya desaparecido del todo y me siga escondiendo,
desde aquí sí puedo hacerme oír.
Ojalá sirva igualmente para hacer
sentir mejor a quienes viven con este problema, que se sientan identificados
y puedan compartir conmigo, de forma
indirecta, este intento de grito al
mundo. Esto me haría realmente feliz y ningún momento es mejor que este para
verbalizarlo porque ésta es la época de
los deseos y las esperanzas.
La felicidad es hacer lo que se desea
y desear lo que se hace. No sueñes tu vida, vive tus sueños.
¡Feliz
Navidad y Año Nuevo!
VIDEO SOBREVIVIR A LA NAVIDAD:
https://youtu.be/xzClYvgkbgs