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domingo, 22 de junio de 2025

El mensaje que nadie descifra .Metáfora 1 – El código QR invisible .Metáfora 2: El volumen bajado



Introducción personal

A veces siento que quiero comunicar algo esencial de mí, como si dentro llevara un mensaje que no sé expresar. Me esfuerzo por dar señales, por decir con palabras o gestos lo que me pasa, pero es como si ese mensaje no llegara. Y entonces me invade esa sensación de que el problema no es solo mío, sino también del canal: que el lenguaje que uso no se puede leer, o que mi voz no suena con la claridad suficiente para ser oída.

Metáfora 1 – El código QR invisible

Siento que llevo un código QR invisible tatuado en la piel. En él está grabado todo lo que soy y lo que siento. Pero es como si nadie pudiera escanearlo, como si la información que contiene no se pudiera leer. Quien me mira no ve nada. Aunque esté justo ahí, nadie sabe cómo acceder a mi interior. Es frustrante vivir con la sensación de que quieres ser comprendida, pero los demás no tienen las herramientas, o el interés, para descifrarte.

Metáfora 2 – El volumen bajado

Otras veces es como si el volumen de mi voz estuviera bajado al mínimo. Hablo, pero apenas se oye. Me esfuerzo, pero el sonido no llega. Tengo tanto que decir, pero el miedo y la inseguridad me hacen hablar con un hilo de voz que se pierde antes de alcanzar a nadie. Y cuando alguien parece intentar escuchar, me dan ganas de llorar. Porque no estoy acostumbrada a eso. Porque no esperaba que alguien se acercara a subir el volumen.

Reflexión final – El mensaje que nadie descifra

Estas dos imágenes me acompañan muchas veces en silencio. Siento que estoy hecha de mensajes no leídos, de palabras apenas audibles. Pero me aferro a la esperanza de que alguna vez alguien se acerque, se detenga, mire con calma, busque la forma de leer ese código y gire lentamente el volumen hacia la claridad. Porque sí, hay personas que lo intentan. Y a veces, incluso, lo consiguen.


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