Con el tiempo entendí que esa sensibilidad que a veces agota, esa forma de fijarnos en todo, de imaginar mil escenarios, de darle vueltas a lo que sentimos… también puede crear cosas. No se nota al principio, porque estás ocupado simplemente sobreviviendo. Pero un día algo se activa y aparece una palabra, una idea, una imagen. Luego otra. Y otra más.
A mí me pasó así.
Cuando empecé mi blog en 2015, nunca imaginé que iba a mantenerlo tantos años ni que tendría algo que decir durante tanto tiempo. Pero la creatividad estaba ahí, aunque yo no lo supiera. Crecía cada vez que me escuchaba un poco y cada vez que dejaba que mis emociones salieran en una frase. Ahora, mirando atrás, veo que esa constancia, esa introspección y esa imaginación que tantas veces me complicaron la vida… también me dieron una voz.
Porque la creatividad, para personas como nosotros, no es algo espectacular. Es más simple. Más íntimo. Nace de sentir mucho, de pensar más de la cuenta, de buscar sentido a lo que nos mueve por dentro. Y cuanto más espacio le damos, más aparece.
Es una creatividad silenciosa, sí. Pero existe, incluso cuando creemos que no queda nada nuevo



No hay comentarios:
Publicar un comentario